Los que me seguís conocéis mi interés por Zappos. Pues bien, uno de los libros de cabecera del CEO de Zappos Tony Hsieh se llama The Fred Factor. Precisamente, dado que Tony lo recomienda en su libro, me lo compré. Es un libro finito y que básicamente tiene un solo mensaje. Lo importante aquí es la historia ejemplerizante de Fred, que a base de ejemplos, algunos divertidos y otros casi impensables, el mensaje acaba calando en el lector.
Mark Sanborn decidió escribir The Fred Factor después de varios observar algunos comportamientos de su cartero que le dejaron bastante descolocado. En una ocasión Fred le guardó el correo mientras se encontraba fuera para que no pensasen que la casa estaba vacía y le robasen. Otra vez, un mensajero privado se equivocó y dejó un paquete de Mark en la casa de otro vecino. Pues Fred lo cogió y se lo llevo a su buzón. El autor relata varias de estas “proezas” cotidianas del increíble cartero y de otros muchos Freds que se ha ido encontrando en su vida.
Lo alucinante de esta historia es que una persona con un trabajo teóricamente aburrido y mecánico, decide hacer de su trabajo algo especial y que haga felices a los demás. De esta manera, Fred consigue ser más feliz haciendo mejor la vida a los demás. En realidad, en su empresa no le piden que haga esas cosas, pero él ha decidido hacerlas y es magnífico.
Todos nosotros podemos tomar la determinación de convertirnos en Fred. Podemos coger como rutina hacer más de lo que se espera de nosotros para sorprender y agradar a los demás. Esto tiene un efecto positivo doble. En primer lugar, nos sentimos bien porque alguien va a sorprenderse por nuestro acto inesperado. Por otro lado, practicar esto como hábito hará que esas personas a las que mejoramos la vida nos lo acaben devolviendo con creces. No se trata de hacer las cosas para recibir una recompensa, pero la vida es sabia y acabará recompensándonos.
Ahora, vamos a ponernos en el lugar de un empresario. Estos son solo algunos ejemplos de lo que podrías hacer para convertirte en un Fred:
- Entregar un regalo inesperado a uno de tus clientes
- Llamar a un cliente para preguntarle si el pedido le ha llegado a tiempo y si ha cumplido sus expectativas
- Invitar a cenar a tus proveedores
- Dejarle una nota a tu socio en la mesa de trabajo agradeciéndole su gran trabajo
- Acordarte de los cumpleaños de tus empleados y regalarles una tarta
- Recordar los gustos particulares de tus clientes
- Reservar un producto especial y limitado para uno de tus clientes habituales
Regalar este libro es de lo más ingenioso y positivo que se puede hacer!! Regalar desinteresadamente es siempre bueno, y si encima lo haces ha gente desconocida, mucho mejor!
Un “Buenos días!” y una sonrisa al recibir a alguien cuando llega a la oficina, en lugar de un gruñido. Agradable, sencillo y sin coste alguno… 🙂
Gracias Pablo y Marisa por vuestros comentarios. El resto, animaros, que mañana termina el plazo 🙂
Esos detalles de los que habla el libro son una muestra de empatía. No es necesario tener esos gestos para conseguir algo (la fidelidad de un cliente o el esfuerzo especial de un empleado que se siente apreciado); yo creo que tienen aun más valor cuando, como Fred, solo pretendes hacer bien tu trabajo y facilitar la vida a los demás. La empatía es la capacidad de meterte en la piel del otro, de sentir lo que él siente en determinado momento, o hacer tuyas sus preocupaciones. La empatía es lo que diferencia al buen funcionario, que intenta facilitarte las cosas, que consigas lo que has venido a buscar, del burócrata, que solo se rige por normas congeladas en un papel, en un reglamente, sin aportar su calidad humana, su “humanidad” al trabajo.
Cualquier empleo que incluya un contacto con el público (y la mayoría lo tienen de una forma u otra) precisa de cierta dosis de empatía. Todos queremos que nos quieran que nos hagan caso. Empecemos por practicar nosotros mismos con los demás
Paco
Paco, tienes toda la razón, cuanto más auténtica es nuestra acción mayor valor tiene. Solo que a veces, nos olvidamos de ejercer esa empatía como un hábito porque estamos con nuestras preocupaciones, nuestros mogollones, el estrés, etc. Por este motivo, creo que es muy valioso recordarnos todos los días lo positivas que son estas pequeñas sorpresas o regalos y la influencia que tienen para hacer feliz a los demás y a nosotros mismos.
Gracias por comentar
Bueno, se cumplió la semana. Gracias a los 3 por vuestros comentarios. Sé que dije que no regalaría el libro si no llegábamos a los 10 comentarios pero bueno, creo que Paco se lo ha currado mucho, así que el libro es tuyo 🙂
Hola, he llegado un poco tarde pero aporto mi toque Fred, para mí cosas que un empresario puede hacer son:
– Preguntar qué necesita a un socio/proveedor/cliente/empleado, muchas veces no nos entendemos y es simplemente porque no nos paramos a hablar.
– Recompensar un trabajo bien hecho por un empleado con una simple invitación a desayunar, una tarde libre…
– Organizar pequeños concursos o juegos para romper las rutinas (mejor foto de vacaciones, mejor dibujo de los hijos, etc.). Incluso organizar porras sobre eventos importantes sirve, el caso es hablar de cosas diferentes y estrechar lazos.
– Localizar proactivamente los inconvenientes o molestias ocasionadas a los clientes y pedir disculpas o compensar de algún modo. Muchas veces los envíos llegan tarde, hay problemas con las páginas web, hay falta de stock, etc. y los clientes no se quejan por falta de tiempo, por considerarlo una molestia menor, etc. si esos casos se detectan y se envían unas disculpas el factor Fred esta asegurado.
Un blog muy interesante.
Un saludo y suerte con Unikuo.
Hola Javier:
Muchas gracias por tu comentario Javier. Si aplicas todo lo que dices hace de ti un absoluto Fred 🙂
El libro ya tiene dueño, pero si estás atento, en breve regalaré otro 😉
Un saludo
He llegado tarde, acabo de descubrir este fantástico blog, lástima que un poco tarde!!!
saludos desde barcelona
Hola Carmina! No llegas tarde, tengo pensado sortear otro libro en breve, así que si sigues por aquí, podrás optar por él.
Bienvenida!